Aparentemente, la foto clandestina que se tomó por un medio informativo de Hugo Chávez en el cajón será la única imagen que quede del mandatario post mortem, dado el interés de Nicolás Maduro de mantener viva la idea de un chavismo fuerte y con un Chávez en su mejor estado en medio de la campaña electoral con la que pretende ser electo presidente de Venezuela.
El presidente de Venezuela murió a sus 58 años a causa de un cáncer de pelvis que se extendió hasta el pulmón. El mandatario luchaba contra su enfermedad desde el año pasado y se encontraba bajo atención médica en Cuba.
Un fuerte cerco de seguridad durante el funeral multitudinario que se celebró en Caracas impidió que la gente pudiera tomar una foto del cadáver y publicarla por fuera de los canales oficiales, dejando al mundo sin la posibilidad de tener un último vistazo del carismático líder bolivariano.
Las razones de la no publicación de imágenes del mandatario en el ataúd pudieron responder a varias especulaciones. Por un lado, se alegó respeto para con la familia y los seguidores del ex mandatario, aunque teniendo en cuenta la magnitud del evento, los argumentos parecen tener más que ver con política que con valores humanos.
En su momento se sostuvo que el gobierno venezolano no publicaba las fotos para evitar comparativas incómodas entre las fotos del mandatario en recuperación publicadas por los bolivarianos y la realidad del verdadero estado físico de Chávez, que podría apreciarse (y compararse) cuando se lo mostrara en el féretro. Esto en sí podría haber sido cierto si luego de los funerales, Chávez hubiera sido embalsamado, cosa que al final no sucedió.
A poco más de una semana del anuncio de la muerte del mandatario, Nicolás Maduro, nombrado por el propio Chávez como su sucesor, anunció que el cuerpo del bolivariano no sería embalsamado por falta de previsión: para ser embalsamado, el cuerpo del mandatario tendría que haber sido tratado inmediatamente después de su muerte, cosa que por los funerales extendidos, no sucedió.
Así, sin cuerpo embalsamado ni fotografías del cadáver, las únicas imágenes que quedan son las que lo muestran al bolivariano en buena forma y las que lo grafican en las paredes de todo Venezuela. Desde luego, esa situación asiste a Maduro, que no se cansa de nombrar a Chávez en cada discurso, tratando de mantener viva la mística bolivariana con un cajón cerrado que alberga el cuerpo del ex mandatario en el museo de la Revolución, al oeste de Caracas.
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